Enfrentarse a los miedos cuando toca emigrar (PARTE II)
El domingo anterior comentábamos un poco sobre las creencias limitantes que abren paso a los miedos más frecuentes a la hora de emigrar: ¿Cómo voy a mantenerme?, ¿Quién me garantiza que esta es la decisión correcta?, ¿Qué pasa si tengo que tirar la toalla y devolverme?, ¿Podré soportar estar tan lejos de mi familia?, ¿Qué voy a hacer si el plan no funciona como yo esperaba?, ¿Y si no me dan trabajo en mi área?, ¿Qué hago para sentirme seguro o permanecer optimista?, ¿Me arrepentiré más adelante? y finalmente ¿seré feliz en otro lugar?.
Cuando eliges formar una nueva vida en otro país, una de las primeras alarmas que se enciende es la que tiene que ver con el sustento económico. El solo hecho de pensar que puedas quedarte sin dinero en un sitio donde no cuentas con nadie es verdaderamente aterrador. En vista de la desesperante situación por buscar un mejor futuro lejos de nuestro país, diariamente se van sumando los venezolanos que salen prácticamente con una mano delante, otra detrás y un currículo amparado en la promesa de no ir a parar en el baúl del olvido. Afortunadamente nuestro modo de ser; alegre y optimista, nos ha concedido una gran imaginación a la hora de reinventarnos, de manera que tarde o temprano terminamos haciendo sin excusas todo lo necesario para mantenernos, ya que para muchos el tener que comprar un billete de vuelta no está contemplado por los momentos como una opción.
Por otro lado, creo que cuando tomas una decisión tan importante como esta, absolutamente nadie puede garantizarte que sea la correcta. Primeramente, tu elección se basa en cubrir una necesidad, que en este caso sería la idea de un cambio con el fin de elevar tu nivel de vida, posteriormente lo único que debes hacer para reforzar esa decisión es recordarte continuamente ¿Para qué estoy haciendo esto?, ¿Qué voy a ganar estando en otro país? Cada vez que te encuentres invadido por las dudas te recomiendo tomarte unos segundos, cerrar los ojos y visualizar todo lo que el nuevo entorno tiene para ofrecerte, imagina eso que puedes encontrar allí y que es tan importante para ti, deja que cada una de esas agradables sensaciones invadan tu alma y te animen a no desfallecer cuando los planes se tuerzan.
Tus propósitos, tus intenciones, tus objetivos, no son más que todos esos PARA QUÉ avalando tu decisión ¿Qué más garantía que esa? Si saliste a buscar por fuera lo que creíste necesitar para ser más feliz entonces aquí no hay nada que dudar. Si hoy tienes tus razones para estar en otro país es porque en el fondo sabes que es lo mejor para ti y ya sabemos que la intuición pocas veces se equivoca.
Caso distinto es el miedo a no soportar la añoranza de tus seres queridos. En este punto hay cientos de matices y pienso que cada uno lo va llevando como puede. Es decir, no hay una formula mágica que te enseñe a no extrañar a quienes permanecen como testigos virtuales desde la distancia. ¿Y es que como no sentir nostalgia por todos los acontecimientos que te estás perdiendo? Para ellos la vida sigue; cumpleaños, graduaciones, bodas, bautizos, etc… Para ti, solo existe el acompañarles desde el sentimiento, observar sus fotos, desearles lo mejor, respirar profundo y pedirle al destino que vuelva pronto a juntarlos. Pero al igual que te digo esto, también te digo que cuando eres consciente de todo lo que puede aportarte la experiencia de emigrar, esta nostalgia para a ser parte de tu día a tu día, con el tiempo te las ingenias para soportarla de un modo saludable, te das cuenta que el amor verdadero siempre prevalece más allá de las distancias y aprendes como sentir un abrazo a través de una pantalla.
Muchas veces la incertidumbre sobre lo que puede pasar cuando estas en otro país, puede convertirse en una gran aliada, te permite diseñar posibles planes de acción habidos y por haber, desde la A hasta la Z; Si esto me falla, haré esto otro, si no consigo tal cosa, buscare esta otra y así sucesivamente. Lo importante aquí no es pronosticar un abecedario entero de planes (eso siempre estará muy bien), sino que jamás dejes a un lado la flexibilidad de hacer algo que no estaba previamente considerado.
Lamentablemente muchas personas fracasan en este camino debido a su rigidez mental. Esto quiere decir, que un emigrante exitoso no es aquel que simplemente se desplaza a un país que le ofrece más oportunidades, sino el que está dispuesto a romper sus propios paradigmas. Es ese capaz de comprender que una actitud amplia abre más puertas que cualquier palanca, sabe perfectamente que no es el entorno quien debe adaptarse y, sobre todo, permanece atento al aprendizaje que puede tomar de sus nuevas costumbres.
Te invito a que seas ese emigrante exitoso, ese que se ha atrevido a cuestionar sus propias creencias y a enfrentarse a sus miedos. Sin importar a donde vayas, demuéstrale al mundo entero que te ha parido una tierra de hombres y mujeres valientes que hoy luchan con esperanza por enaltecer el orgullo tricolor de sus corazones desde cada rincón. En tus manos se encuentran todas las herramientas para vencer los obstáculos y construir la vida que sueñas para ti y tu familia. Nada te impide empezar a creer que tienes todo lo que necesitas para ser feliz en ese lugar, te aseguro que mientras más lo creas, mayor será la posibilidad de vencer los miedos hasta crear esa felicidad que saliste a buscar.
La autora de este artículo es la Coach, especialista en MigraCoaching Patty Cardozo.
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